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Dos años después que nació mi hijo, no pude seguir con mi relación como pareja con su padre y vino una separación definitiva. Fue muy difícil tomar una decisión así. Estuve dolorida y confusa, con un montón de ideas pasándome por la mente, pero estuvimos discutiendo todo el tiempo y pensaba que la separación fue lo mejor para mi hijo y para mí. Sabía que venían tiempos de soledad y tristeza y que ahora tenía que “no confundir el temor a la soledad por el amor.”
Empezar a vivir de vuelta sola y con mi hijo tan pequeño ha sido uno de los momentos más difíciles de mi vida, especialmente porque estaba muy lejos de casa. Cuando vine a Nueva York tenía escasos 16 años y solo contaba con la prima con la que me había venido de México.
Aunque me sentía triste de no estar junto a mi familia, estaba un poco emocionada por estar en otro país y tratar de ayudar a mi madre económicamente. Hice un grupo de amigos con los que salía y me pasaba ratos agradables, eso ayudaba a no sentirme tan lejos de casa porque salía y me distraía. Pero cuando conocí al papá de mi hijo sin darme cuenta me alejé de mis amigos y él se volvió mi única familia.
Triste y Desilusionada
Era difícil despertar y saber que estaba sola, sin familia, sin mamá, papá, hermanos, amigos y el papá de tu hijo no puede seguir a tu lado. Fue muchísimo mas difícil que cuando llegué a Nueva York. La diferencia era que cuando llegué a Nueva York llena de ilusiones, de fuerza, sola con toda una vida por delante, feliz con amigos con los que salía y me divertía y ahora casi seis años después me encontraba sola sin amigos, sin familia, triste, desilusionada, con ganas de seguir adelante pero sin nadie en quien confiar y apoyarme, y con un hermoso bebé de casi dos años que dependía de mí para crecer y mostrarle un hogar.
En algún momento pensé en regresarme a México, pensaba que necesitaba a alguien que mejor que mi familia. Pero no lo hice por me dije: “Evelyn, no tienes dinero, no tienes una carrera, de que vas a trabajar, tu mamá todavía te pide ayuda económica y no es imposible pero si aquí es difícil allá lo va ser más”.
También me dije que no iba a salir huyendo, que me iba a quedar a enfrentar lo que tenía que enfrentar y salir adelante con o sin ayuda. Quisiera enseñar a Dylan que aunque estábamos solos éramos una familia y que pasara lo que pasara su mama iba a luchar por salir adelante por ella y por él también.
‘Ay, Si Mi Mamá Estuviera Aquí’
Dylan y yo nos mudamos a un apartamento que compartimos con tres otras personas. No es mucho de mi agrado pero me ayuda a no pagar tanto. Yo trabajaba cada día desde el 7 hasta las 3:30 y Dylan iba a daycare hasta que podíamos compartir la tarde.
Llegaron momentos que me hubiera encantado que mi mama estuviera aquí conmigo y me pudiera ayudar o tener a una hermana o algún familiar junto a mí para yo saber que cuento con alguien o que si yo necesitara algo ahí está.
Todo estaba más difícil sin pareja. No podía irme a bañar despreocupada porque no tenía nadie para cuidar a Dylan mientras yo me baño. Si tenía que ir a la tienda para comprar leche para darle su vaso de leche a Dylan antes de dormirse y no había, tenia que salir a la esquina pero tengo que llevármelo; y lo feo fue cuando es invierno cuando ya llegamos de afuera y nos quitamos todo (los abrigos, zapatos etc.,) y después solo para ir a la tienda tengo que abrigarme y abrigarlo a él también. Me decía a mi misma, “Ay si mi mamá estuviera aquí me ayudaría.”
También, antes cuando estaba sola, yo podía salir, irme a divertir; no sé, me encanta bailar y solía salir frecuentemente; en cambio ahora es muy difícil, tengo que estar con el niño y no es que no me guste, me encanta estar con mi bebe; pero que uno también necesita divertirse o salir a distraerse. A veces tenía invitaciones a ir a bailar, a cenar, o tal vez simplemente algo más simple. Es frustrante que a veces no pueda salir o que no pueda hacer cosas que a lo mejor en algún momento me apetecen. Me volvía a lo mismo: “Ay si mi mami estuviera conmigo tal vez se podría quedarse con él y yo tendría el tiempo y la libertad para hacer cualquier cosa.”
En algún momento mi mama me dijo que pensaba venir para acá, pero solo fue un decir. Sé que no lo hizo por lo peligroso que es y lo entiendo, pero me hubiese encantado poder tenerla conmigo.
Rodando sin Pensar
Me solía decir, “Ay Dios mío, perdóname, Dylan perdóname por favor bebé. Me siento mal por pensar que porque ahora soy madre soltera y no soy una mujer libre y sin compromiso, debido a eso a1gunas cosas no pueden ser tan fácil como quisiera.”
Sentí una gran tristeza por pensar así y que se diera un mal entendido por confundir esa situación y se tome que mi hijo me estorba o su presencia me impide hacer algunas cosas, por que en realidad no es así.
En ocasiones, me sentía como si estuviera en un conflicto, teniendo las dos caras de la moneda y queriendo las dos al mismo tiempo. Trabajaba todo el tiempo rodando y rodando sin realmente poderla ocupar para pensar en lo que sí podía.
A pesar de todo me gustaba cuando podía detener mi tiempo y mirar a mi bebe, a mi grande y sincero amor de mi vida. En ocasiones le dije: “Dylan” y él con su hermosa y pequeña varonil voz me contesto “¿Qué mamá?” Vi a sus ojos, su sonrisa, y pensaba si había tristeza en su corazón.” Mis ojos los siento débiles y antes de que un líquido se derrame de ellos le dije, “¿Sabes una cosa mi amor? Tú eres el amor de mi vida, mi gran tesoro.”
‘Tu Puedes, lo Lograrás’
Un día fui a un centro en mi vecindad donde ayudaban a personas a buscar empleo, pero ya que yo no tenía papeles no me pudieron ayudar. Mas sin embargo me dijeron que tenían otros servicios gratis y que podía utilizarlos sin importar mis estatus emigratorio. Me informaron que tenían clases de inglés, servicios para llenar los impuestos y que había otro centro que daba consejos para personas que radican en Sunset Park y con hijos.
Así fue como me pareció muy buena idea ir al Centro para la Vida Familiar en Sunset Park (The Center for Family Life) y tomar los servicios que ofrecían. Tener una consejera me ayudó mucho, por que no tenía muchos amigos y necesitaba a alguien objetivo que me pudiera escuchar y desahogarme por todas las cosas que pasaban y que habían pasado a lo largo de los años.
Es curioso pero no hablo con mi familia acerca de mis sentimientos, al menos no de los de tristeza y soledad. Cada vez que llamo están tan enfocados contándome sus propios problemas y tratando de desahogarse conmigo o ver la manera en que les puedo ayudar que prefiero guardarme mis tristes sentimientos para no preocuparlos ya que están tan lejos de mí.
Empecé a asistir con una consejera para platicar mis cosas, mis sentimientos, ayudarme a desahogarme ya que no tenía con quien hacerlo. Su nombre es Liza, ella y yo nos hemos llevado muy bien, siento que nos entendemos; lo cual siento que encontré a una amiga en ella. También fue muy beneficioso por que me ayudaron a encontrar una buena escuelita para Dylan.
Liza me dio mucho apoyo con el solo hecho de estar ahí, para escucharme, de tomarse su tiempo para comprenderme y apoyarme en mis decisiones. Con Liza descubrí muchos sentimientos personales y me ayudó con su mano amiga a decirme: “Vas bien, sigue adelante. Tú puedes, lo estás haciendo y lo lograrás.” Esas ligeras frases pueden perecer muy vanas para muchos, pero son sumamente importantes y valiosas.
En estos dos años y medio me ha dado el tiempo para conocerme mejor no es que no me conociera, si no que tal vez antes con tantas cosas en la cabeza, tantas cosas que hacer o tal vez simplemente no me había tomado el tiempo para relajarme y ponerme a pensar más tranquilamente mis sentimientos y mis prioridades. Siempre han estado ahí, ahí escondidas, pero por tener una relación y después cuando vino mi bebé, me descuide sin darme cuenta.
Me he tomado mi tiempo para ver mis enojos, mis alegrías, mis tristezas, mis confusiones, mis angustias, y mis deseos. Creo que estoy más tranquila que antes (pero no crean que ya no soy enojona, si lo soy pero no estoy atormentándome tanto como antes).
Amigas en Quienes Puedo Confiar
Poco a poco empecé a tratar de hacer vida social, siempre tienes la oportunidad de conocer mucha gente pero solo con algunos puedes tener afinidad. Aunque vivo en una comunidad donde la mayoría son hispanos y hay muchas personas de mi propio país, a veces tenemos puntos de vista distintos. Comparto la misma cultura con ellos y me gusta y respeto la mentalidad de ellos aunque no sea igual a la MIA. Tal vez por eso no compartimos mucho.
Me dije a mi misma, “Si las personas que me invitan se alejan de mí porque tengo un hijo, aunque duela, es mejor así a estar con alguien que no me entiende y no me vaya a hacerme sentir bien.” Hay personas que te abren las puertas para ti y es muy lindo, por que sabes que es sincero y otras simplemente se alejan.
En un taller de mujeres al Centro conocí a otras madres como yo e hice una amiga. Y así he conocido otras más. No son muchas las amigas que tengo pero me gusta tener cerca de mi gente en quien yo pueda confiar y ellos también puedan confiar en mí.
Mi relación con René ha pasado de enojos a confianza y apoyo. Nos apreciamos mutuamente, hemos aprendido ha llevarnos mejor, a vernos como amigos, a apoyarnos y estoy orgullosa de él como padre. No fue fácil, llegar al punto nos llevó mucho tiempo pero siempre tuve la esperanza de que lo lograríamos, a veces sentía que era inútil pero seguí y me decía si él no quiere algo bueno yo sí y no me di por vencida.
Ahora no seremos perfectos pero puedo mirarlo a los ojos y saber que tengo un amigo, alguien que me quiere no tan solo por ser la madre de su hijo, si no por que conoce el ser humano que soy y me desea lo mejor, y me dice “Evelyn, eres una chica muy inteligente, buena, luchadora te mereces lo mejor y si alguien se merece que le pasen cosas buenas eres tú.” Sé que me estima y por eso dice esas palabras, pero se las agradezco, me confortan y me hacen sentir mejor. Yo también lo estimo no porque es padre de mi Dylan si no porque de una u otra forma hemos crecido juntos, y también por separado. Pero hemos madurado, sé que es un buen hombre y sé que es una de las personas que más conoce quien es Evelyn.
Con el arreglo en que llegamos René y yo con el cuidado de Dylan me dio la oportunidad de salir de vez en cuando otra vez por la noche aunque solo sea una noche de vez en cuando. Pero algo es mejor que nada.
Logrando Mis Sueños
El invierno pasado, tomé la decisión de entrar a la universidad y ahora tengo tres o cuatro clases cada semestre. Ingresar a la universidad ha sido un paso muy grande y estoy contenta de lo que estoy logrando. Estoy muy feliz de que estoy estudiando por que es algo que siempre anhelé, pero estudiar, trabajar, ser mamá, amiga, hija, y ama de casa a la misma vez no es nada fácil. Es una tarea muy difícil tratar de hacer todo a la misma vez y no dejarse caer al primer obstáculo.
Ahora tengo muchos gastos: pago la escuela, mi renta, y todo lo demás. Ya no puedo mandarle dinero a mi mamá como lo hacía antes, pero trato de mandarle por lo menos en ocasiones especiales o en alguna emergencia. Está bien que no pago mucho para la renta porque comparto el apartamento. Sé que el gobierno da ayuda financiera pero yo no soy elegible debido a mi estatus emigratorio, pero a la vez me da mucha satisfacción poder pagarme mi escuela.
Trabajo todos los días de lunes a viernes de 7:00 a 3:00 p.m. mientras yo trabajo Dylan está en escuelita que es daycare y kindergarden a la misma vez. Estudio tres veces a la semana, martes, jueves y sábados. Los días entre semana cuando salgo del trabajo me voy súper rápido para mi escuela, los jueves y sábados me llevo a Dylan conmigo y lo dejo en la guardería que hay en la escuela. Sé que sería mejor que no estuviera tanto en el daycare pero desgraciadamente no tengo muchas opciones y entonces prefiero usar el lema de “Calidad mejor que Cantidad” aunque andamos todo el día de un lado para otro compartimos tiempo.
Nuestro Mundo
Me encanta que ahora, cuando Dylan y yo estamos solos, es como nuestro mundo. Hablamos de todo un poco. El me pregunta cosas como de lo mas común a lo más extraño y serio: “¿Que si la luna está en otro espacio y porque siempre nos está siguiendo?” O algo más complicado como: “¿Que significa la palabra ‘criminal’ porque la escucho en la película de Spiderman?” Son cosas que me sacan de órbita pero pienso y me dijo que tengo que contestar con la verdad y con las palabras más adecuadas a su edad.
Pasamos tiempo juntos cuando yo no estoy en la escuela. Salgo del trabajo, nos venimos a la casa y jugamos, dibujamos, vemos la tele, leemos y cantamos. En verano es mucho mejor por que podemos ir al parque, andar en bici, patines, jugar descansar en el pasto o simplemente jugar en los juegos del parque. Si acaso tengo un poco de tiempo y hago ejercicio en la casa Dylan lo hace conmigo también, hacemos Pilates. A veces tengo tarea y no puedo darle tanto tiempo, entonces hago planes para hacer nuestras cosas como cuando yo hago mi tarea, él hace la suya o puede dibujar, y después comemos, y descansamos.
Trato todos los días de darle y brindarle alegría. Por eso cada vez que le leo un libro trato de hacerlo con empeño y trato de caracterizar cada uno de los personajes de la historia. Siento que él se entusiasma más y pone más interés. Al igual cuando juego con él, es difícil porque en muchas ocasiones me siento cansada o quisiera hacer otra cosa; pero trato de decirle si estoy ocupada: o.k. Dylan vamos a jugar, pintar, leer cualquier otra cosa pero solo cierto tiempo, por que después mamá tiene que hacer otras cosas.” Aun al principio no fue fácil pero después él se fue adaptando.
Ahora Dylan y yo tenemos más estabilidad a nuestra relación de madre e hijo. Ahora platicando mas entre los dos, jugando mejor, mas amenamente, buscando la manera de divertimos, de vivir lo mejor para su edad y tratando también de no descuidarme a mi misma.
Una oportunidad para crecer
Todavía tengo más sueños que quisiera lograr. Quisiera poder cambiarme de casa y encontrar un mejor apartamento donde no tengamos que vivir con tanta gente. También quisiera un mejor trabajo donde me paguen más y disfrute mejor lo que hago. Pero no todas las cosas se pueden solucionar de un momento a otro. Sé que ahora con la escuela me es difícil tener tiempo para encontrar un apartamento, o un trabajo pero no quiero ponerme tensa pensando en lo que quisiera y no puedo. Estoy tratando de tomarme las cosas con más calma e ir poco a poco con la esperanza de que encontraré un mejor hogar y un mejor trabajo. Mientras tanto cuido lo que tengo y trato de aprovechar y sacar provecho hasta de las cosas con las que no estoy tan contenta.
Hay muchas cosas que se me hacen injustas y si pudiera las trataría de mejorar como mi status emigratorio, porque sé que me ayudaría a encontrar un mejor trabajo, poder visitar a mi familia y otras cosas. Me ponen tan pero tan triste y me siento tan impotente de saber que no puedo hacer nada porque no está en mis manos; pero solo espero con una fe muy grande que algún día todo sea mejor y poder hacer esas cosas que por no tener mi status emigratorio en orden ahora no las puedo hacer.
Cuando estoy pensando positivamente, siento que en todo este tiempo que ha pasado, no ha sido fácil, pero creo que a la vez me ha ayudado a crecer, a madurar más, como mujer y como madre. No pienso que estar sola sea un obstáculo. El estar sola me dio la oportunidad de ver más claros mis objetivos porque solo estoy pensando en mí y en mi hijo.